UNA ALTERNATIVA GLOBAL: PROCESO CONSTITUYENTE
Proceso
Constituyente
1.-INTRODUCCIÓN
No es el objetivo de este escrito hacer una ponencia para
un congreso, sino señalar la necesidad de incluir en la narrativa de las
marchas de la dignidad, la idea de apertura de un proceso constituyente de
carácter popular.
La ruptura del pacto social firmado por parte de las
fuerzas progresistas surgidas de la lucha contra la dictadura y los herederos
del Régimen anterior, se ha dado de forma unilateral. La correlación de fuerzas
ha cambiado de forma brutal a favor de la oligarquía, desde aquellos primeros
años de la democracia postfranquista hasta nuestro días. Las élites del Reino
de España, se ven en estos momentos con capacidad de tomar las decisiones
necesarias que le hagan mantener o aumentar su tasa de beneficios en detrimento
de las rentas del trabajo.
La cesión de soberanía al Parlamento Europeo, la
modificación del Art. 135.2 de la constitución, la Ley Mordaza, la
contrarreforma laboral...y toda una andanada de medidas de corte neoliberal,
han modificado de forma sustancial y estructural la constitución de 1978. Todo
ello unido a una corrupción política y económica, que va desde una amnistía
fiscal a las grandes fortunas, al robo de guante blanco llevado a cabo por la
banca y endosado a la ciudadanía en general, a través de la DEUDA EXTERNA. Al
mismo tiempo, cientos de miles de familias han sido desahuciadas y millones de
trabajadores y trabajadoras se encuentran en el paro y sin protección social:
La casta política y las élites están deslegitimadas.
2.-LA RUPTURA
De la situación en la que nos encontramos podemos
deducir: que esta Constitución está deslegitimada. La Ruptura del pacto social
en torno al Estado Asistencial y el proceso constituyente en el que nos
encontramos, lo están llevando a puerto de forma unilateral los representantes
políticos de la oligarquía a través de tratados internacionales, leyes y
decretos ley.
No somos nosotros, por lo tanto, quienes rompemos los
acuerdos constitucionales, sino las élites, y eso nos libera y nos da una
oportunidad para afrontar nosotros, el Pueblo que es el único soberano, el
camino de un nuevo CONTRATO SOCIAL.
3.- PROCESO DESTITUYENTE: EMPODERAMIENTO: ACUMULACIÓN DE
FUERZAS
Las Marchas de la Dignidad son en este momento el
instrumento más unitario con el que contamos los trabajadores y trabajadoras.
No son ajenos a eso las élites y sus aliados, por eso serán un objetivo
político a eliminar. Ser consciente de ello es una necesidad para mantener la
unidad y sumar voluntades, máxime si tenemos en cuenta que la “muerte” de la
constitución del “78” y la necesidad de abrir una vía popular constituyente,
conlleva un proceso destituyente: NO NOS REPRESENTAN, o lo que es lo mismo, en
el parlamento se legisla en este momento para una minoría social, las élites,
banqueros, especuladores, grandes empresas...
El formato organizativo de las Marchas de la Dignidad
puede facilitar el proceso de acumulación de las fuerzas necesarias que sean
capaces de desbordar el margen legal establecido e ir implantado una nueva
legalidad, destituyendo en el proceso a los representantes del Régimen actual.
4.-EL PROCESO CONSTITUYENTE: LA VÍA DE LOS DE ABAJO, EL
PUEBLO.
Nuestros objetivos, son tener una vida digna y una
Democracia real que nos garantice: PAN, TRABAJO, TECHO y el derecho a decidir
sobre todos los ámbitos de la vida... Para esto, es imprescindible el
empoderamiento de una mayoría social, y en este caso, los más perjudicados por
la ofensiva que se está llevando contra ellos son el conjunto de los
asalariados: EI SUJETO QUE REDACTA EL CONTRATO SOCIAL, una vez dada por
terminada la vieja constitución.
LAS MARCHAS DE LA DIGNIDAD, tienen experiencia suficiente
en el trabajo por abajo. Pueden dar perspectivas y alternativas a una sociedad
que se cree apática pero que reacciona y se moviliza si cree en lo que se pone
en marcha y se siente partícipe y no ninguneada. Nuestro proceso constituyente
debe abrir un camino de desaprendizaje y aprendizaje. Crear las herramientas
que nos sirvan en el futuro para el autogobierno.
·
El proceso constituyente debe estar
basado en la libertad, la igualdad, la fraternidad y la Democracia real
·
Debe participar la ciudadanía activamente.
·
El empoderamiento efectivo de la
ciudadanía se basa en el asambleísmo de la democracia directa local, en pueblos
y barrios.
·
En las luchas sectoriales
·
En los centros de trabajo
·
En las universidades y centros de
enseñanza
Si nuestro camino es el de la Libertad, pensar en exigir
la dimisión del gobierno y que se disuelva el parlamento por el incumplimiento
de lo pactado, no puede ser un deseo, sino un objetivo que trabajaremos para
conseguirlo.
Por un Nuevo Contrato Social de los de abajo, para el
pueblo, el único soberano.
Salud y República.
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